Tras un intenso curso en el campo de la salud en torno a la enfermedad de Alzheimer, estamos a punto de experimentar una nueva era en el trato de las enfermedades neurodegenerativas. Por un lado, se están produciendo avances en el terreno legislativo para asegurar la calidad de vida que personas con estas afecciones merecen. Por otro lado, están teniendo lugar importantes descubrimientos e innovaciones en el campo de la ciencia y están próximos a introducirse en la práctica clínica diaria.

En primer lugar, celebro el hecho de que el Plan Nacional de Alzheimer y otras Demencias, elaborado por distintos agentes implicados de esta área, esté sobre la mesa para aprobación en España. Espero que el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, que ha prometido tener estas enfermedades como una de las prioridades de la legislatura de 2017, culmine su promesa y sea un ejemplo de compromiso y justicia frente al resto de la sociedad.

El Grupo Estatal de Demencias, que es el encargado de elaborar tal informe, se reunió por primera vez el pasado mes de abril para mejorar el estado de atención a personas con la enfermedad de Alzheimer y sus familiares y cuidadores, teniendo como modelo planes que ya están implantados en otros países como Suiza, Noruega, Inglaterra, Francia y Finlandia.

La importancia de contar con un plan de este tipo radica en la elevada prevalencia de la enfermedad; en el hecho de ser una de las principales causas de discapacidad y dependencia y suponer graves y progresivas limitaciones para la autonomía en actividades básicas; en que repercute no solo a los ciudadanos que la padecen, sino también en más personas que se encargan de su cuidado y compañía; en el contexto de déficit y fragmentación de la respuesta social y sanitaria a las necesidades de atención a la enfermedad, y en la situación generalizada de falta de conocimiento, conciencia y comprensión sobre la enfermedad.

En Biocross nos encontramos especialmente entusiasmados con la configuración y futura aprobación de este plan. Sabemos, de primera mano, lo que la patología supone en el día a día de las personas a las que de alguna manera implica y conocemos, a nivel global, su alcance: actualmente 47 millones de personas en todo el mundo padecen demencia, de los cuales aproximadamente el 75 por ciento son casos de enfermedad de Alzheimer. Se estima que a cifra de personas afectadas con demencia aumentará a 132 millones en 2050, según datos del Informe Mundial sobre el Alzheimer 2016, de ADI (Alzheimer’s Disease International).

2017 es un año prometedor en la lucha contra la enfermedad de Alzheimer también por los importantes descubrimientos e innovaciones que se están produciendo en el sector en el marco de la investigación científica. Esto tampoco podría ser de otra manera, porque las empresas implicadas en el cuidado de la salud necesitan el apoyo de la Administración, pero también la Administración necesita la materia prima y la excelencia en el trabajo de los actores de la industria para llevar a cabo propuestas como la que ahora se encuentra sometida a estudio. El Eje 2 del plan busca “avanzar en la equidad territorial en el acceso y garantía de servicios sociales y sanitarios de calidad y adecuados a las personas con Alzheimer” e incide en las tres fases médicas frente a una enfermedad. Una de ellas es la prevención. Para este estadio, paralelamente, en Biocross hemos desarrollado el test APOE4 Blood Marker Assay, que es capaz de determinar en 10 minutos si una persona tiene un riesgo alto de desarrollar la enfermedad de Alzheimer.

Este test de riesgo es una prueba en sangre adaptable a cualquier analizador de bioquímica clínica, está presente en los hospitales y es rentable para el sistema sanitario por ser costeefectivo. El test toma como biomarcador la presencia de la apolipoproteína E4 (ApoE4). Hasta ahora las herramientas para la determinación del ApoE4 no se usaban de forma rutinaria en la práctica clínica al no ser accesibles a los hospitales, tanto por precio como por la necesidad que implica salir de la rutina establecida dentro del laboratorio hospitalario al requerir de equipos específicos o personal cualificado. Por tanto, es una buena alternativa a los actuales modelos existentes para identificar portadores de ApoE4 como la técnica PCR (polymerase chain reaction).

La determinación del biomarcador ApoE4, permitiría llevar antes un estilo de vida adecuado que podría retrasar el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer, como indican diversas publicaciones científicas recientes, e incluso posteriormente, en el caso de que apareciesen los primeros síntomas, determinar el mejor tratamiento para el paciente. A continuación, el Plan Nacional de Alzheimer y otras Demencias incluye las etapas de “diagnóstico” en “fases tempranas de demencia leve, deterioro cognitivo ligero o predemencia” y “tratamiento adecuado a su diagnóstico y estado de la enfermedad”. Aquí, en nuestro caso, estamos desarrollando una nueva prueba, AD Dementia test, que con un algoritmo proporciona un diagnóstico confirmatorio de la enfermedad de Alzheimer. Se trata de un test multiparamétrico que combina la detección y cuantificación de hasta nueve metabolitos y proteínas en una muestra de plasma sanguíneo.

Se abre, con la suma de las fuerzas gubernamentales y científicas, una nueva era prometedora, y esperemos que decisiva, en el campo de la enfermedad de Alzheimer siendo requisito indispensable el diálogo. En Biocross nos ponemos al servicio del Ministerio, neurólogos, especialistas médicos y de todos los agentes involucrados en el campo de las enfermedades neurodegenerativas para informar y aportar todo nuestro expertise y know how en beneficio de los pacientes y sus familiares.

Sanidad – El Economista (Pág. 26)