Con motivo del Día Mundial del Alzheimer, que se celebra el 21 de septiembre, en entremayores repasamos algunas de las iniciativas en pro de la prevención y la detección precoz de esta dolencia que afecta a una de cada diez personas mayores de 65 años. Asimismo, entrevistamos a Maria Sagrario Manzano Palomo, coordinadora del Grupo de Estudio de Conducta y Demencias de la Sociedad Española de Neurología.
El proyecto europeo que investiga a posibles pacientes de todo el continente
La European Prevention of Alzheimer’s Dementia (Epad) es una iniciativa europea que busca crear un punto de encuentro entre instituciones tanto académicas como privadas en el que se desarrollen tratamientos innovadores destinados a la prevención de la enfermedad de Alzheimer.
A través de este proyecto se está creando un registro virtual a nivel europeo en el que se recoge la información de 24.000 personas sanas y en riesgo de padecer Alzheimer que participan en estudios de investigación a lo largo y ancho del continente. Del total, se invita a 1.500 individuos a que participen en diversas pruebas y a que se sometan a un seguimiento. De este modo se busca identificar los factores que contribuyen a la aparición del Alzheimer y testar fármacos que actúen contra los estadios iniciales de la dolencia y que eviten o retrasen su aparición.
El proyecto Epad es financiado a través de una beca concedida por la Innovative Medicines Initiative, que depende de la Comisión Europea –concretamente, de su programa de investigación e innovación– y de la Federación Europea de Industrias y Asociaciones Farmacéuticas. Para el desarrollo de su labor cuenta con un presupuesto total de 64 millones de euros.
En esta iniciativa participan 37 instituciones, entre las que se encuentran: Alzheimer Europe, Boehringer Ingelheim, Lilly, Janssen, University of Cambridge, University of Oxford, Novartis, Pfizer, Karolinska Institutet y Roche. También participa el Barcelonaβeta Brain Research Centre, centro de investigación de la Fundación Pasqual Maragall, que es el lugar a través del que se coordina este estudio en España.
La andadura de esta investigación comenzó en 2015 y tendrá una duración de cinco años.
El Estudio Alfa, la apuesta de la Fundación Pasqual Maragall
La Fundación Pasqual Maragall, además de coliderar el proyecto European Prevention of Alzheimer’s Dementia (Epad), cuenta con su propia apuesta por la prevención de la enfermedad de Alzheimer: el Estudio Alfa.
A través de esta iniciativa, la entidad busca identificar los  factores que influyen en el inicio de esta dolencia de carácter neurodegenerativo. Partiendo de los resultados, tratan de detectar de un modo precoz dicha enfermedad, para así intentar prevenirla o retrasarla.
Este proyecto se realiza con un grupo de voluntarios de edades entre 45 y 70 años. Estas personas carecen de síntomas y son hijas de afectados por Alzheimer, es decir, tienen antecedentes familiares. En el seno del Estudio Alfa, estos voluntarios se someten a diversas pruebas que abordan desde los aspectos cognitivos a los genéticos, pasando por análisis de neuroimagen. También son sometidos a otros estudios, como, por ejemplo, los que abordan su alimentación.
Estas pruebas se van repitiendo cada tres años y a lo largo de décadas para analizar cómo ha ido cambiando su cerebro en el camino. Para todo ello, en la Fundación Pasqual Maragall ya cuentan con más de 2.700 voluntarios.
El desarrollo de esta iniciativa es posible gracias al apoyo de la Obra Social La Caixa, pero también cuenta con la colaboración de entidades como la Associació de Familiars de malalts d’Alzheimer de Barcelona (Afab), de la Fundació Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) y de Caprabo.
El Estudio Alfa es una de las investigaciones más complejas y con mayor número de voluntarios que existen en el mundo dedicado a la detección precoz y a la prevención del Alzheimer.
Biocross desarrolla un test para determinar el riesgo de padecer Alzheimer
La compañía biotecnológica Biocross, dedicada al diseño de sistemas de diagnóstico de enfermedades neurodegenerativas, desarrolló recientemente su test Apoe4 Blood Marker Assay, para la determinación del riesgo de desarrollo de la enfermedad de Alzheimer.
La compañía vallisoletana tiene como objetivo mejorar la esperanza y calidad de vida de personas con Alzheimer mediante la investigación y desarrollo de sistemas de diagnóstico innovadores.
El ApoE4 Blood Marker Assay es una prueba en sangre que no sigue un método genético, es adaptable a cualquier analizador de bioquímica clínica presente en los hospitales y es rentable para el sistema sanitario por ser coste-efectivo.
Según indican desde esta compañía biotecnológica, hasta ahora, los sistemas existentes para la determinación del ApoE4 no se usaban de forma rutinaria en la práctica clínica porque no son accesibles a los hospitales, tanto por precio como por la necesidad que conlleva salir de la rutina de un laboratorio hospitalario al requerir de equipos específicos o personal cualificado. En cambio, ApoE4 Blood Marker Assay se puede utilizar en cualquier analizador de bioquímica clínica de cualquier hospital y a un coste asumible por los centros clínicos y hospitalarios.
Este método utiliza como biomarcador la presencia en sangre de la apolipoproteína ApoE4. Como señalan desde la compañía, los portadores de ApoE4 progresan más rápidamente desde la etapa preclínica de Alzheimer (deterioro cognitivo leve) al desarrollo de la enfermedad que los no portadores de ApoE4. Este indicador de riesgo permitiría el inicio del tratamiento una vez que aparezcan los primeros síntomas y el establecimiento de intervenciones basadas en el estilo de vida de la persona que podrían prevenir o retrasar el desarrollo de la dolencia.
Una puntuación de riesgo poligénico para predecir la aparición de la dolencia
Recientemente, un equipo de investigadores de la Facultad de Medicina de la University of California tanto de San Diego como de San Francisco (Estados Unidos) desarrollaron una puntuación genética que permite calcular el riesgo de desarrollarla enfermedad de Alzheimer.
Este método se basa en la información genética de las personas. Concretamente, combina información poligénica derivada del genotipo con tasas de incidencia de la dolencia en Estados Unidos. Los investigadores analizaron los poliformismos de un solo nucleótido relacionados con el riesgo de la enfermedad y con el estatus de apolipoproteína E (Apoe) –que en su variante E4 provoca mayor riesgo de desarrollo de Alzheimer–.
A partir de esto establecieron una puntuación de riesgo poligénico para predecir el riesgo de desarrollar la enfermedad y después lo probaron en más de 70.000 pacientes de la enfermedad y personas mayores sanas.
Como resultado, obtuvieron que los individuos de puntuación superior en riesgo poligénico presentaron a edades más bajas los síntomas de la dolencia. De hecho, estos desarrollaron Alzheimer entre diez y 15 años antes que las personas que presentaban valores más bajos.
Según indican desde el estudio, este método proporciona una novedosa manera no solo de evaluar el riesgo de desarrollar la enfermedad de Alzheimer, sino también de predecir la edad de inicio de la patología.
Además, aseguran que estas pruebas también pueden aportar información valiosa para ensayos preventivos, lo cual ayudaría a determinar qué personas tienen más probabilidades de acabar padeciendo la dolencia.